martes, 18 de septiembre de 2012

Contextulizándose


¿Qué es el cáncer?

El cáncer se refiere a un grupo de más de 100 enfermedades diferentes. Todas ellas afectan la unidad básica del cuerpo: la célula. El cáncer ocurre cuando las células se vuelven anormales y se dividen sin control y sin orden.
Como todos los otros órganos del cuerpo, el cérvix está compuesto de muchos tipos de células. Normalmente, las células se dividen para producir más células sólo cuando el cuerpo las necesita. Este proceso ordenado nos ayuda a mantenernos sanos.
Si las células continúan dividiéndose cuando no se necesitan células nuevas, se forma una masa de tejido. Esta masa de tejido extra, a lo que se llama un crecimiento o tumor, puede ser benigna o maligna.
· Los tumores benignos no son cancerosos. Generalmente se pueden operar y, en la mayoría de los casos, no vuelven a aparecer. Pero, lo más importante es que las células de los tumores benignos no se diseminan a otras partes del cuerpo. Los tumores benignos no son una amenaza para la vida. Los pólipos, quistes y verrugas genitales son tipos de crecimientos benignos del cuello uterino o cérvix.
· Los tumores malignos son cancerosos. Las células cancerosas pueden invadir y dañar tejidos y órganos que estén cerca del tumor. Las células cancerosas pueden también desprenderse de un tumor maligno y entrar en el torrente de la sangre o en el sistema linfático. Así es como el cáncer de cérvix puede diseminarse a otras partes del cuerpo, como a los ganglios linfáticos, al recto, a la vejiga, a los huesos de la columna vertebral o a los pulmones. Cuando el cáncer se disemina, se le llama metástasis.
El cáncer del cuello uterino también se conoce como cáncer cervical. Como sucede con la mayoría de los cánceres, se les da el nombre por la parte del cuerpo en donde empiezan. Los cánceres de cérvix o cuello del útero también se llaman de acuerdo al tipo de células en donde empezaron. La mayoría de los cánceres del cuello del útero son carcinomas de células escamosas. Las células escamosas son delgadas, planas, y forman la superficie del cuello uterino.
Cuando el cáncer se disemina a otra parte del cuerpo, el tumor nuevo tiene la misma clase de células anormales y el mismo nombre que el cáncer original (primario). Por ejemplo, si el cáncer cervical se disemina a los huesos, las células cancerosas en los huesos son células cancerosas del cérvix. La enfermedad se llama cáncer cervical metastático (no es cáncer óseo).
NOTA: El cáncer de cérvix o cuello uterino es diferente del cáncer que empieza en otras partes del útero y requiere un tratamiento diferente. El tipo más común de cáncer de útero empieza en el endometrio, el revestimiento de este órgano (matriz).

Prevención


Estudios clínicos

Algunas mujeres con cáncer de cérvix reciben tratamiento en estudios clínicos. Los médicos conducen estudios clínicos para determinar si un tratamiento nuevo es seguro y efectivo, y para responder cuestiones científicas. Las mujeres que toman parte en estos estudios pueden ser las primeras en recibir tratamientos que han mostrado ser prometedores en las investigaciones de laboratorio. En un estudio clínico, algunas pacientes reciben el tratamiento experimental mientras otras reciben el tratamiento estándar. De esta forma, los médicos pueden comparar terapias diferentes. Las pacientes que toman parte en un estudio hacen una contribución muy importante a la ciencia médica y pueden tener la primera oportunidad de beneficiarse con métodos mejores de tratamiento.
En la actualidad, se están llevando a cabo estudios clínicos con tratamientos nuevos para el cáncer de cérvix. Los médicos están estudiando nuevos tipos y programas de radioterapia, nuevos fármacos y combinaciones de estos, así como la forma de combinar varios tipos de tratamiento.
Las mujeres con cáncer de cuello uterino o cérvix tal vez quieran leer el folleto del Instituto Nacional del Cáncer titulado: La participación en los estudios clínicos: Lo que los pacientes de cáncer deben saber, el cual explica los posibles riesgos y beneficios de los estudios clínicos de tratamiento. Quienes estén interesadas en participar en un estudio clínico deberán hablar con su médico.
Una forma de aprender acerca de los estudios clínicos es a través de PDQ, un recurso computarizado desarrollado por el Instituto Nacional del Cáncer. Este recurso contiene información acerca de los tratamientos para el cáncer y sobre los estudios clínicos en curso en todo el país. El Servicio de Información sobre el Cáncer puede proporcionar información del PDQ para médicos, pacientes y para el público.

Radioterapia y Quimioterapia


Radioterapia

Es posible que las pacientes se sientan muy cansadas durante la radioterapia, especialmente en las últimas semanas del tratamiento. El descanso es importante, pero los médicos aconsejan generalmente a las pacientes que traten de permanecer tan activas como sea posible.
Con radiación externa, es común perder el pelo en el área tratada y que la piel se ponga roja, seca, sensible y que sienta comezón. Es posible que haya un oscurecimiento permanente o "bronceado" de la piel en el área tratada. Esta área deberá exponerse al aire siempre que sea posible pero se deberá proteger del sol, y las pacientes deberán evitar usar ropa que roce el área tratada. Se mostrará a las pacientes cómo mantener el área limpia. No deberán usar loción o crema en su piel sin la autorización del médico.
Generalmente se recomienda a las mujeres que no tengan relaciones sexuales durante la radioterapia o mientras el implante esté colocado. Sin embargo, la mayoría de las mujeres pueden reanudar sus relaciones sexuales unas semanas después de que termine el tratamiento. Algunas veces, después del tratamiento, la vagina se hace más estrecha y menos flexible, y las relaciones sexuales pueden ser dolorosas. Es posible que se enseñe a las pacientes a usar un dilatador así como un lubricante a base de agua para ayudar a que estos problemas sean mínimos.
Las pacientes que reciben radioterapia externa o interna también pueden tener diarrea y deseos frecuentes e incómodos de orinar. El médico puede dar sugerencias u ordenar medicamentos para controlar estos problemas.

Quimioterapia

Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen principalmente de los fármacos y de las dosis que reciba la paciente. Además, como con otros tipos de tratamiento, los efectos secundarios varían de persona a persona. Generalmente, los fármacos contra el cáncer afectan las células que se dividen con rapidez. En estas se incluyen las células de la sangre, las cuales combaten las infecciones, ayudan a que la sangre se coagule, o llevan oxígeno a todas las partes del cuerpo. Cuando las células de la sangre son afectadas por los fármacos contra el cáncer, las pacientes tienen más probabilidad de contraer infecciones; pueden magullarse o sangrar fácilmente y pueden tener menos energía. Las células de las raíces del pelo y las células que revisten el tracto digestivo también se dividen con rapidez. Cuando la quimioterapia afecta estas células, las pacientes pueden perder su pelo y pueden tener otros efectos secundarios, como apetito escaso, náuseas, vómitos o llagas en la boca. El médico puede dar medicamentos para ayudar con los efectos secundarios. Los efectos secundarios desaparecen gradualmente durante los períodos de recuperación entre los tratamientos o después de que haya terminado el tratamiento.

Los síntomas y el diagnostico


Síntomas

Los cambios precancerosos del cuello del útero o cérvix generalmente no causan dolor. De hecho, generalmente no causan síntoma alguno y no se detectan al menos que la mujer tenga un examen pélvico y una prueba de Pap.
Los síntomas generalmente no aparecen hasta que las células cervicales anormales se vuelven cancerosas e invaden el tejido cercano. Cuando esto sucede, el síntoma más común es un sangrado anormal. El sangrado puede comenzar y detenerse entre períodos menstruales regulares o puede ocurrir después de relaciones sexuales, de lavado vaginal o de un examen pélvico. El sangrado menstrual puede durar más tiempo y ser más abundante que de costumbre. El sangrado después de la menopausia también puede ser un síntoma de cáncer cervical. Una mayor secreción vaginal puede ser otro síntoma de cáncer cervical.
Estos síntomas pueden ser causados por cáncer o por otros problemas de salud. Sólo un médico puede determinarlo con seguridad. Es importante que la mujer vea al médico si ella tiene alguno de estos síntomas.

Diagnóstico

El examen pélvico y la prueba de Pap permiten al médico detectar los cambios anormales en el cérvix. Si estos exámenes muestran que hay presente una infección, el médico trata la infección y después de un tiempo repite la prueba de Pap. Si el examen o la prueba de Pap sugieren algo más que una infección, el médico puede repetir la prueba de Pap y hacer otras pruebas para encontrar el problema.
La colposcopia es un método usado ampliamente para examinar el cuello del útero para áreas anormales. El médico aplica una solución como de vinagre al cérvix y luego usa un instrumento que parece un microscopio (llamado colposcopio) para mirar de cerca el cérvix. El médico puede entonces cubrir el cuello uterino con una capa de solución de yodo (un procedimiento que se llama prueba de Schiller). Las células sanas adquieren un color café; las células anormales adquieren un color blanco o amarillo. Estos procedimientos pueden hacerse en el consultorio del médico.
Es posible que el médico quite una pequeña cantidad de tejido cervical para que sea examinado por un patólogo. Este procedimiento se llama biopsia. En un tipo de biopsia, el médico usa un instrumento para desprender muestras pequeñas de tejido cervical. Otro método usado para obtener una biopsia se llama procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP en inglés). En este procedimiento, el médico usa un aro de alambre eléctrico para rebanar un pedazo delgado y redondo de tejido. Estos tipos de biopsias se pueden hacer en el consultorio del médico usando anestesia local.
El médico podría revisar también, dentro de la abertura del cérvix, un área que no se puede ver durante la colposcopia. En un procedimiento llamado curetaje endocervical (ECC en inglés), el médico usa una cureta (un instrumento pequeño en forma de cuchara) para raspar el tejido dentro de la abertura cervical.
Estos procedimientos para remover tejido pueden causar algo de sangrado u otra secreción. Sin embargo, la curación ocurre generalmente pronto. Algunas mujeres también experimentan con frecuencia algo de dolor semejante a los calambres menstruales, lo cual se puede aliviar con medicamentos.
Estas pruebas pueden no mostrar con seguridad si las células anormales se encuentran sólo en la superficie del cérvix. En ese caso, el médico removerá entonces una muestra más grande de tejido en forma de cono. Este procedimiento, llamado conización o biopsia de cono, permite que el patólogo vea si las células anormales han invadido el tejido bajo la superficie del cérvix. La conización también se puede usar como tratamiento para una lesión precancerosa si se puede quitar toda el área anormal. Este procedimiento requiere ya sea de anestesia local o general y se puede hacer en el consultorio del médico o en el hospital.
En unos pocos casos, es posible que no esté claro si una prueba anormal de Pap o los síntomas de una mujer son causados por problemas en el cérvix o en el endometrio (el revestimiento del útero). En esta situación, el médico puede hacer una dilatación y curetaje. El médico extiende la abertura del cérvix y usa una cureta para raspar tejido del revestimiento del útero así como del canal cervical. Como la conización, este procedimiento requiere de anestesia local o general y puede hacerse en el consultorio del médico o en el hospital.

Estado de alerta


Detección temprana

Si todas las mujeres tuvieran exámenes de la pelvis y pruebas de Pap, (abreviación de Papanicolaou) con regularidad, la mayoría de las condiciones precancerosas se detectarían y tratarían antes de que se volvieran cancerosas. De esa forma, se podría prevenir la mayoría de los cánceres invasores. Cualquier cáncer invasor que se presenta ahora, habría sido encontrado en una etapa temprana, curable.
En un examen de la pelvis, el médico examina el útero, la vagina, los ovarios, las trompas de Falopio, la vejiga y el recto. El médico palpa estos órganos buscando cualquier anormalidad en su forma o tamaño. Se usa un espéculo para ensanchar la vagina, para que el médico pueda ver la parte superior de la vagina y el cuello del útero o cérvix.
La prueba de Papanicolaou es una prueba sencilla, sin dolor, para detectar células anormales en el cérvix o en su derredor. La mujer deberá presentarse para esta prueba cuando no esté menstruando; el mejor tiempo para hacerlo es de 10 a 20 días después del primer día de su período menstrual. Dos días antes de la prueba de Pap, ella deberá evitar hacerse lavados vaginales o usar espumas, cremas o lubricantes espermicidas, o medicamentos para la vagina (a excepción de lo que ordene el médico), lo cual podría lavar u ocultar cualquier célula anormal.
Una prueba de Pap se puede hacer en el consultorio del médico o en una clínica de salud. Se usa un raspador de madera (espátula) y un cepillo pequeño para recoger una muestra de células del cuello del útero y de la parte superior de la vagina. Las células se colocan en un portaobjetos de vidrio que se envía al laboratorio médico para su examen.
La forma como se reportan los resultados de la prueba de Pap está cambiando. El método más nuevo es el Sistema Bethesda. Los cambios se describen como lesión intraepitelial escamosa de bajo grado o de alto grado. Muchos médicos piensan que el Sistema Bethesda proporciona información más útil que el sistema anterior, el cual usa números que van de clase 1 a clase 5. (En la clase 1, las células en la muestra son normales, mientras que la clase 5 se refiere a cáncer invasor). Las mujeres deben pedir al médico que les explique el sistema usado en su prueba de Pap.
Las mujeres deben hacerse exámenes con regularidad, incluyendo un examen de la pelvis y una prueba de Pap, si son activas sexualmente o lo han sido, o si tienen 18 años o más. Las que tengan un riesgo mayor de desarrollar cáncer del cuello del útero deben tener cuidado especial en seguir la recomendación de su médico en cuanto a los exámenes. (Para el tratado de los factores de riesgo del cáncer de cérvix, vea la sección de Causa y Prevención). Las mujeres a quienes se les haya practicado una histerectomía (cirugía para extraer el útero, incluyendo el cérvix) deben pedir el consejo del médico acerca de los exámenes pélvicos y las pruebas de Papanicolaou.

Condiciones pre-cáncer


Condiciones precancerosas y cáncer de cérvix

Las células de la superficie del cérvix o cuello del útero algunas veces parecen anormales pero no cancerosas. Los científicos creen que algunos cambios anormales en las células del cérvix son el primer paso en una serie de cambios lentos que pueden conducir al cáncer años más tarde. Es decir, algunos cambios anormales son precancerosos; pueden convertirse en cancerosos con el tiempo.
Al pasar de los años, los médicos han usado términos diferentes para referirse a cambios anormales en las células de la superficie del cuello uterino. Un término que se usa ahora es el de lesión intraepitelial escamosa, SIL en inglés. (La palabra lesión se refiere a un área de tejido anormal; intraepitelial significa que las células anormales están presentes sólo en la capa superficial de células). Los cambios en estas células se pueden dividir en dos categorías:
· Lesión intraepitelial escamosa de bajo grado se refiere a cambios precoces en el tamaño, forma y número de células que forman la superficie del cérvix. Algunas lesiones de bajo grado desaparecen por sí mismas. Sin embargo, con el tiempo, otras lesiones pueden crecer o hacerse más anormales y formar una lesión de alto grado. Las lesiones precancerosas de bajo grado también se llaman displasia leve o neoplasia intraepitelial cervical l (CIN 1, en inglés). Tales cambios precoces en el cérvix ocurren con más frecuencia en mujeres de 25 a 35 años de edad pero pueden aparecer también en otros grupos de edad.
· Lesión intraepitelial escamosa de alto grado significa que hay un gran número de células precancerosas que se ven muy diferentes de las células normales. Del mismo modo que las lesiones intraepiteliales escamosas de bajo grado, estos cambios precancerosos comprenden sólo células en la superficie del cuello del útero. Estas células no se harán cancerosas y no invadirán las capas más profundas del cérvix por muchos meses, tal vez años. A las lesiones de alto grado también se les conoce como displasia moderada o severa, CIN 2 ó 3, o bien carcinoma in situ. Estas lesiones se presentan con más frecuencia en mujeres de 30 a 40 años de edad pero pueden aparecer también en otros grupos de edad.
· Si las células anormales se diseminan con más profundidad dentro del cérvix o a otros tejidos u órganos, la enfermedad se llama entonces cáncer cervical o cáncer cervical invasor. Esto ocurre con más frecuencia en mujeres de más de 40 años de edad.